Ni dulce ni salado....

Ayer noche jugamos y hoy...
De repente me noto inquieta y un calor inesperado se estremece entre mis piernas.

Algo me hace contraer enérgicamente mis muslos una y otra vez.

Y es fácil darse cuenta...pero, no ! me digo que ahora no puedo hacerlo, no es el lugar, ni el momento.Intento ocupar mi mente en otras cosas: escuchando música, picando dulce, o salado y llevándolo a mi boca; pero las exquisiteces no logran engañar a ésta mente loca, pero no tonta.

Y mi mente, fuera de sí grita y grita fuerte; que la música no le engaña y tampoco el salado, ni siquiera el dulce, que ahora todo es, sonido y sabor a sexo desenfrenado.

Mi cuerpo pide y pide sexo, y lo pide ahora.

Y sabe que comienza una carrera hacia orgasmos incontrolados.

Las ganas mueven mis manos haciéndose paso entre y bajo mi ropa ; tropiezan con la hebilla del cinturón, el botón que se resiste y por fin la pequeña ropa que cubre mis ganas.

Cierro la puerta, el calor se dispara y un gemido de placer se pronuncia en mis labios; me digo que, no es el lugar ni el momento, pero mandan mis ganas y ante tal orden, claudico.

Y claudico porque las imágenes de anoche se me agolpan en mi cabeza.

Y pensando en los juegos de ayer, mis manos despiertan desquiciadas, que andan desesperadas porque mi cuerpo escupe ansias.

Me muevo bailando con música inexistente y paladeo el sabor dulce de la miel de nuestros juegos y el salado como el sabor de nuestros sexos.

Zambullo mis dedos en el jugo tibio del deseo.

Mi cuerpo se retuerce; araño mi pecho, mi cuerpo se retuerce; acaricio mi sexo.

Mi cuerpo dolorido por la postura en sitio inadecuado, explota en orgasmos enloquecidos.

Y sé, que no es el momento,ni el lugar, pero mi mente no entiende de eso; ni de música, ni de dulce, ni de salado.

Y es que, no hay nada que engañe a mi mente, si se le despierta de deseo...

no se le duerme fácilmente.
Ni el lugar, ni el momento; ni música, ni dulce, ni salado...